La prevención como proceso, no como efecto

Hace tiempo que existe pleno consenso en que los principales esfuerzos de las políticas públicas sobre drogas deben estar enfocados en la prevención, considerando niveles, públicos objetivo y especificidades contextuales. Aplicando la lógica, sin disminuir la demanda de sustancias psicoactivas, tanto legales como ilegales, resultará imposible afectar la oferta. También hay acuerdo en ubicar a la evidencia científica y empírica como centro de toda intervención en este campo. Así lo recomiendan la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El debate, en la actualidad, se centra en qué tipos de programas de prevención y estrategias de intervención son más efectivos en términos de impacto.

Por su alcance, penetración, fácil acceso y capilaridad, las campañas preventivas a través de los medios masivos de comunicación siempre han sido herramientas predilectas para los técnicos y los tomadores de decisión. Pero, ¿son los spots, los mensajes audiovisuales y los afiches callejeros verdaderamente efectivos al momento de prevenir? ¿Puede un posicionamiento público de un Estado frente al uso indebido de drogas definirse en términos de mayor o menor cantidad de campañas preventivas mediáticas? Continuar leyendo