Las últimas elecciones en Venezuela despertaron todo tipo de comentarios y opiniones. Están los que dicen que fue un triunfo de la oposición, los que sostienen que fue un triunfo del gobierno, y los que creen que quién perdió fue Venezuela entera. Pero saliendo un poco del resultado electoral y mirando como quedó distribuido el escenario político, veo al país dividido en tres grupos:
Grupo 1: el chavismo retrogrado de Maduro que lejos de tener algún tipo de intención de abrirse al diálogo continuará hundiendo al país. Este grupo no requiere mayor análisis.
Grupo 2: el establishment opositor, cuyo único objetivo parece ser seguir siendo oposición. Este grupo incluye a algunos (no todos) miembros de la Mesa de la Unidad. Ven el resultado electoral como algo totalmente positivo. Creen que el hecho que el chavismo ya no tenga el 50% es motivo suficiente para festejar. Para ellos la MUD es la única plataforma capaz de liderar la oposición, y creen que la “participación” o “el voto” es el único camino legítimo para salir del chavismo. Por supuesto, el líder único y supremo es Henrique Capriles, y cualquier persona que se atreva a criticar a él o a la propia MUD, es un opositor radical.