Si hay un líder que no necesita ser defendido, ése es el Papa Francisco. Y tampoco necesita “traductores” que digan después “en fácil” lo que el Papa quiso decir. Francisco habla claro porque piensa claro.
En el reportaje a la prensa que dio rumbo a Filipinas, el Papa habló sobre el fundamentalismo religioso y la libertad de expresión y, a una semana del atentado de París, sus palabras causaron revuelo.
No existe la violencia como una cosa en sí. Existen actos violentos que buscan lastimar o destruir a otros y existen personas que optan por la agresión. La peor violencia es la de matar. Por eso la primera reacción de todo bien nacido ante el atentado a la revista Charlie Hebdo es la del rechazo y repudio más categórico. La violencia no construye, la violencia destruye y matar es la peor de las violencias. Continuar leyendo