Uno de los eventos políticos y económicos más importantes de las últimas semanas ha sido el preacuerdo entre el Estado argentino y la empresa Repsol para concretar una indemnización multimillonaria por la expropiación de YPF. Medios de prensa nacionales e internacionales han destacado el rol central y activo que ha tenido -y seguirá teniendo seguramente hasta que haya un acuerdo definitivo- la megaempresa estatal de petróleo mexicana Pemex y el propio gobierno de ese país. Asimismo, se han conocido análisis sobre un futuro desembarco mexicano en la zona de Vaca Muerta para participar de tareas de exploración de las reservas de shale gas ahí existentes.
Luego de varios años en donde las referencias en la Argentina a la potencia económica y demográfica de habla hispana más importante del hemisferio se habían reducido a un mínimo, en un escenario donde la imagen de Brasil monopolizaba y encandilaba tanto a los cercanos a posturas liberales como a posturas bolivarianas, los análisis sobre México han vuelto al centro de la escena. Mientras algunas de las revistas especializadas en temas políticos y económicos más importantes del mundo destacan los desafíos que tiene Brasil por delante, su bajo crecimiento para los próximos años y una inflación anual “peligrosamente” por arriba del 6% anual, al mismo tiempo se subraya el dinamismo y impulso modernizador que el presidente Enrique Peña Nieto le está imprimiendo a su gestión.