“El resentimiento es la emoción del esclavo, no porque el esclavo sea resentido, sino porque quien vive en el resentimiento, vive en la esclavitud.”
F. W. Nietszche
Uno de los grandes problemas que nos deja esta década y que tenemos el desafío de resolver como sociedad si queremos progresar es, quizá, en apariencia intangible, pero está presente diseminado en los diferentes sectores de la ciudadanía. Me refiero al resentimiento, ese estado de ánimo que surge de la interpretación de que hemos sido víctimas de una acción injusta que nos impidió obtener lo que merecíamos, negándonos determinadas posibilidades que consideramos que teníamos derecho. Y que, por supuesto, hay un responsable, que tarde o temprano pagará; en algún momento nos vengaremos por lo sucedido.