Por pocos años “zafé” de aquella costumbre de antaño en virtud de la cual los zurdos eran obligados a tomar la pluma con la mano derecha; de esa manera se pretendía “corregir” esa suerte de “discapacidad” que hace algunas décadas significaba el hacer todo con la mano izquierda. Al margen de lo ridículo que esto pueda verse en pleno siglo XXI, lo que sí es cierto es que nuestro codo invariablemente “pisa” cada palabra que nuestra mano escribe segundos después de haberlo hecho.
Al parecer en materia política y paradójicamente en gobiernos autoproclamados al menos para la foto; progresistas y cuasi de izquierda, el problema de borronear con el codo lo escrito con la mano es materia más que corriente. Por citar algunos ejemplos: militares fuera de la seguridad interior, pero un coronel al frente de las fuerzas policiales. Derechos Humanos, juicio y castigo versus Milani al frente del Ejército. Severa restricción a la compra de vehículos importados para particulares, pero flota de autos presidenciales compuesta por móviles de altísima gama que hablan alemán. Salud pública para todos. Pero clínicas privadas para la Jefa y su familia. Etcétera, etcétera. Continuar leyendo