El próximo 30 de septiembre, Buenos Aires será protagonista de un hecho triplemente inédito. Por un lado, la más importante empresa de transporte fluvial de pasajeros del Río de la Plata (Buquebus) incorporará a su flota un nuevo barco dotado de propulsión a gas, un concepto de propulsión naval totalmente innovador que permite reducir prácticamente a cero la contaminación ambiental por gases de escape. A ello se le puede adicionar que la extraordinaria velocidad máxima que desarrolla la nave es de 58 nudos (107 kmts/hora). Piense, amigo lector, que si el barco se desplazara imaginariamente por la avenida General Paz, sería multado por exceso de velocidad.
En segundo lugar, si bien el nombre original de la embarcación sería el del fundador de la empresa naviera rioplatense (López Mena), la llegada del cardenal Bergoglio al sillón de Pedro en plena etapa final de alistamiento del buque produjo un radical cambio de planes. Será bautizado como “Francisco Papa”. Sin lugar a dudas, primer santo padre en ejercicio de su papado que tendrá un barco con su nombre.