Estimado amigo lector, si en este momento le preguntara su conocimiento sobre temas tales como fertilización asistida, alquiler de vientres, matrimonio igualitario, responsabilidad civil del Estado o función social de la vivienda, me juego la vida a que usted está sin lugar a dudas medianamente capacitado para emitir una opinión a la luz de toda la letra que sobre cada uno de estos temas se ha escrito o pronunciado en los últimos días de la mano de la ya famosa reforma del Código Civil de la Nación.
Si ahora le preguntara qué tanto sabe usted de la COPLA, también me la juego con que encarará para el lado de música y me apabullará (Wikipedia mediante) contándome que “es una forma poética que sirve para la letra de canciones populares. Surgió en España en el siglo XVIII y se ha difundido mucho en América Latina”. Pero no, no me refería a esa sino la otra COPLA: a la sigla que sintetiza el nombre de la “Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental”, es decir (tomando prestada la frase al Servicio de Hidrografía Naval) “nuestra frontera con la humanidad”.