Si al menos por una vez la jefa de nuestro maltrecho Estado nacional fuera a cumplir la ley, el acto realizado en dependencias del pomposo Ministerio de Ciencia y Tecnología ha sido el último que legalmente haya encabezado antes de las próximas elecciones del 22 de noviembre. La norma sentencia que 15 días antes del comicio le queda vedado a quien detenta el poder publicitar actos de Gobierno que impliquen una solapada campaña electoral.
Esclarecida ya la población (por no decir avivada) de que los hospitales se inauguran sin camillas, equipos y médicos en su interior, que las obras faraónicas se bendicen una y otra vez sin que nunca lleguen a funcionar y que muchos emprendimientos tales como el tren bala o el polo cinematográfico se agotaron en simples maquetas y millonarios estudios de prefactibilidad, la arquitecta egipcia echó mano una vez más al misterioso mundo de la ciencia y la tecnología, con el convencimiento de que a la población en general se le hace muy difícil al día siguiente del anuncio constatar si esta vez hay algo más detrás del humo y la puesta en escena. Continuar leyendo