Despertares

¿Notó -amigo lector- cómo por arte de magia, de un día para el otro (en realidad se tomaron algunos días) las máximas autoridades relacionadas con la seguridad y la defensa de la Nación nos reconocieron todo aquello que nosotros -simples ciudadanos comunes- estábamos intuyendo desde hacía algún tiempo? Era verdad nomás, la inseguridad es una de las más altas de la región (según la ONU); el narcotráfico ya no usa estas pampas para ir y venir hacia o desde rentables mercados. Están aquí para quedarse y buena parte de lo que ya no sucede en Colombia sucede ahora en las principales ciudades de nuestro país. Las cárceles federales o provinciales parecen construidas con barrotes de cartón, cerraduras de juguete y muros de yeso.

Resulta ser así que luego de lo infinitamente difícil que es conseguir que finalmente un delincuente ingrese a la cárcel, salir de ellas (legal o ilegalmente) es mil veces más sencillo. El pasado jueves, todos vimos por TV cómo un peligroso delincuente que tuvo en vilo a la bonaerense durante seis horas, a pesar de su frondoso prontuario gozaba de un régimen de detención de puertas abiertas. Abiertas están las puertas de los penales, mientras usted, yo y todos ya no sabemos qué inventar para que las de nuestras casas se mantengan cerradas de la manera más segura posible.

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Cristina, la madrina argentina del Papa uruguayo

El próximo 30 de septiembre, Buenos Aires será protagonista de un hecho triplemente inédito. Por un lado, la más importante empresa de transporte fluvial de pasajeros del Río de la Plata (Buquebus) incorporará a su flota un nuevo barco dotado de propulsión a gas, un concepto de propulsión naval totalmente innovador que permite reducir prácticamente a cero la contaminación ambiental por gases de escape. A ello se le puede adicionar que la extraordinaria velocidad máxima que desarrolla la nave es de 58 nudos (107 kmts/hora). Piense, amigo lector, que si el barco se desplazara imaginariamente por la avenida General Paz, sería multado por exceso de velocidad.

En segundo lugar, si bien el nombre original de la embarcación sería el del fundador de la empresa naviera rioplatense (López Mena), la llegada del cardenal Bergoglio al sillón de Pedro en plena etapa final de alistamiento del buque produjo un radical cambio de planes. Será bautizado como “Francisco Papa”. Sin lugar a dudas, primer santo padre en ejercicio de su papado que tendrá un barco con su nombre.

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