Libertarios contra realistas; federales contra unitarios; peronistas contra radicales; azules contra colorados; y como broche de oro… Colón y Juana Azurduy convertidos seguramente contra su voluntad en los nuevos protagonistas de una contienda post mortem que se desarrolla en la “arena” de una Nación devaluada no sólo en su moneda y en sus valores, sino además en los temas en los que centran su atención nuestros dirigentes, quienes día a día enmarcan sus relaciones oficiales y oficiosas en una estéril y destructiva batalla de pros contra progres.
Hacer el resumen de lo que la ciudadanía porteña ha presenciado en vivo y directo y el resto del país ha seguido a través de los medios resulta tan divertido como vergonzoso.