Desde 1999 que me dedico a la comunicación política. Ingresé en ella por un hecho triste como fue la pérdida de mi padre. Con 37 años trabajé para casi todos los partidos. Con el kirchnerismo (nueve años a favor y uno en contra), el peronismo disidente, algo para la Unión Cívica Radical y el PRO. Como dije alguna vez, desde la época en que “Mauricio Macri vendía autos”. En los últimos años de profesión me tocó hacer algunas acciones positivas, con mayor y menor éxito, pero siempre cumpliendo con lo planificado.
Este domingo, según a quién se le pregunte, fui protagonista o espectador de lujo de un momento histórico para la Argentina. Eso importa muy poco, porque en estas elecciones ganó la política en su esencia más pura por sobre cualquier gurú, estrategia, encuesta y análisis. Fue un premio al esfuerzo y al trabajo. Lo viví de cerca gracias a una colega histórica que me invitó a participar del final de la campaña de Ramiro Tagliaferro, quien, junto a su esposa, María Eugenia Vidal, ganaron la Intendencia de Morón y la provincia de Buenos Aires. Continuar leyendo