En la provincia de Mendoza existe un dicho popular en los ámbitos politizados que sentencia que “si se rasca mucho a un radical, te sale un ganso”. Esto quiere decir que todo referente o dirigente radical esconde, en su esencia, los valores y las ideas políticas del conservador y jurásico Partido Demócrata (“los gansos”). El resto, la imagen de la superficie, es pura simulación para las campañas electorales.
El mismo aforismo podría aplicarse al kirchnerismo (y a gran parte de la casta política argentina); hay que tener cuidado con rascar mucho a un kirchnerista, porque lo más probable es que emerja un duhaldista o un menemista y hasta un “ruckaufista”.
En la tarde del miércoles se informó que Julián Domínguez bajaba su precandidatura presidencial dentro del Frente para la Victoria (lo confirmó luego el mismo Domínguez en el programa “6,7,8”) y se proponía como posible candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires en una lista para las PASO que encabezaría Florencio Randazzo, enfrentando a Daniel Scioli.
En ese marco, el Ministro de Interior y Transporte y el Presidente de la Cámara de diputados conformarían la fórmula del “kirchnerismo puro”, para desafiar a la presunta heterodoxia moderada del gobernador bonaerense. Continuar leyendo