La construcción de una Nación con verdadero potencial y desarrollo no puede ser concebida a partir de la aplicación de políticas cortoplacistas que sirven sólo como paliativo temporal. Lamentablemente, en Argentina nos estamos acostumbrando a que esto suceda y es por eso que no sabemos bien hacia dónde vamos.
Sólo basta mencionar el problema energético para demostrar que no hay previsibilidad en la Argentina. El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, confirmó que los cortes de luz seguirán, pero no dio detalles de cómo evitarán que se repitan en el verano 2014/2015. Desde hace años la demanda de energía viene siendo mayor que la oferta y el déficit sigue sin resolverse a pesar de los millones que se gastan en importación de energía. Así no existe visión. Y no se ve el futuro. Más allá de las próximas elecciones. Bajo la premisa del cortoplacismo se esconde la peligrosa consecuencia de hipotecar el futuro.
La Argentina en los últimos años tuvo la posibilidad de comenzar un proceso de desarrollo sustentable y de largo plazo, pero las decisiones del Gobierno Nacional no vieron la oportunidad. No se proyectó un futuro. ¿Qué política de Estado se le viene a la cabeza en este momento? Sacando la Asignación Universal por Hijo, que es una política pública buena pero de corto plazo, no hay proyectos de largo alcance.