La educación humanista en un mundo automatizado

“Nos estamos ahogando en información, mientras escasea la sabiduría”, escribe el renombrado científico E. O. Wilson, incluido en el prólogo de En defensa de la educación liberal, el último libro de Fareed Zakaria. Y agrega: “El mundo que viene será liderado por sintetizadores, aquellos que sean capaces de reunir la información correcta en el momento adecuado, analizarla críticamente, y tomar las mejores decisiones”.

Esta afirmación parece una sorprendente defensa de la humanidad, viniendo de un científico, especialmente en una era que vive obsesionada por la ciencia, la tecnología, la educación y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Aun así, el testimonio de Wilson resume perfectamente el argumento de la obra de Zakaria: El supuesto conflicto entre las ciencias y las humanidades ha sido llevado a un extremo desproporcionado.

Zakaria no niega el peso de la ingeniería o de otras ciencias duras entre los campos más cotizados y demandados del futuro. Pero, sostiene, hoy resulta más crítico que nunca combinar la formación en las llamadas STEM con una base sólida en humanidades. En sus palabras, “en la medida en que trabajamos con computadoras (que es realmente el futuro de todo trabajo) las competencias más valiosas serán aquellas propiamente humanas, que las computadoras no logran sustituir -aun”. Continuar leyendo

Bienvenida la innovación en la educación brasileña

Los sistemas educativos en América Latina están gradualmente incorporando más innovación –algunos más, otros menos. Pero en el caso de Brasil, parece más una invasión de innovación y nuevas tecnologías.

Cada año, se realiza en la ciudad de San Pablo el LearnFest, una conferencia de alcance global que busca promover la innovación educativa a través del emprendimiento y la tecnología. Su organizador, Russell Goldman, se muestra optimista sobre el futuro. “Brasil lidera hace tiempo la agenda digital, pero en los últimos 5 años ha visto una explosión en la actividad emprendedora. Una revolución que comenzó con una nueva ola de iniciativas de comercio electrónico, desarrolladores e incubadoras de e-cosistemas y que ahora está llegando a industrias reguladas y de impacto como la educación y la salud”, explica. “Es emocionante e inspirador al mismo tiempo”.

El sistema educativo brasileño presenta una urgente necesidad de mejora, con una calidad que sigue siendo baja para demasiados alumnos. En las últimas pruebas PISA, Brasil obtuvo 391 puntos en matemática, en contraste con la media de 494, mientras que en ciencias registró el segundo peor desempeño entre los países evaluados. En tantoen lectura, el país sacó 410 puntos, 80 por debajo de la media. De acuerdo a PISA, el promedio de alumnos de 15 años con déficit en habilidades básicas para leer alcanza al 50% -en contraste con el 19% registrado en otros países de la OCDE.

Estos números son preocupantes, la educación brasileña no logra seguir el ritmo del progreso económico del país. La clase media se ha expandido del 38% de la población total al 50% en sólo una década. Sin embargo, las realidades socioeconómicas siguen siendo determinantes en la calidad educativas de los estudiantes. La deserción escolar es todavía un desafío, especialmente en alumnos de menores ingresos: sólo 23% de los estudiantes del quintil más pobre se gradúa de la escuela secundaria. Además, únicamente el 11% de los adultos brasileños cuentan con estudios postsecundarios, lo que dista mucho de los promedios de la OCDE.

Este punto fue comentado este año en LearnFest por Denis Mizne, Director Ejecutivo de la Fundacao Lemann. Fundada en 2002 por el exitoso empresario Jorge Paulo Lemann, la Fundación promueve tecnologías y técnicas innovadoras de alto impacto sobre los resultados educativos.

Mizne dejó claro que las currículas necesitan adaptarse al siglo XXI si quieren ser efectivas. “Como hemos visto en otros sectores, la tecnología pronto saturará todo”, argumentó, “las escuelas, los padres y los estudiantes –el ecosistema educativo completo”. Y agregó: “En Brasil, tenemos lo básico: infraestructura, docentes, menús escolares, transporte, pero necesitamos que los estudiantes aprendan, y es aquí donde la innovación realmente puede agregar valor”.

El estadounidense Ky Adderley es otro ejemplo de la cultura innovadora que invade Brasil. Adderley comenzó como docente en Washington DC y fundó su primera escuela chárter a los 30 años en Brooklyn, Nueva York. Más tarde, en 2011, llevó su experiencia a Rio de Janeiro, donde trabajó con los locales Sistema Elite y Gera Ventures para replicar el modelo de escuelas. “Personalización, educación combinada, y currículas adaptables están presentes en todo debate aquí en Brasil”, explica.

Como en todos los países latinoamericanos, el rol de los docentes es fundamental en el debate sobre calidad educativa. Rafael Parente, quien fue Vice Ministro de Educación de Rio de Janeiro, argumenta que para mantener estos cambios, la formación y entrenamiento docentes también deben incluir las habilidades “blandas”-trabajo en equipo, pensamiento crítico, y adaptabilidad- que el mercado laboral demanda de los estudiantes.

En efecto, en Rio, el gobierno municipal ha hecho un esfuerzo integral a través de una serie de iniciativas para incorporar en sus docentes las ventajas del cambio y la adaptación – como paso previo a cualquier lección de tecnología. Parente señala que los docentes son desafiados por estos cambios empezando por el hecho de que no empezaron sus carreras como nativos digitales. Pero al mismo tiempo, aún son lo suficientemente jóvenes –la mayoría entre 30 y 45 años de edad- como para aprender nuevas formas de hacer las cosas.

Una de las claves del caso de Rio, como en tantos otros lugares, fue involucrar a grupos de la sociedad civil en la estrategia. En palabras de Parente, “la innovación se expande en todo Brasil pero aún necesitamos más presión desde la base de la pirámide, desde la sociedad civil, ONGs, y presión sobre los líderes políticos para continuar impulsando la reforma”.

Adderley concluye: “Los brasileños aún no están lo suficientemente indignados con la baja calidad de la educación” ni reclaman lo suficiente a sus dirigentes políticos. “Aun necesitamos más de eso en Brasil”.

La Alianza del Pacífico y el emprendimiento

La integración de la Alianza del Pacífico parece avanzar sin demoras. México, Perú, Colombia y Chile ya funcionan integrados en varios aspectos políticos, económicos y sociales y trabajan para profundizar los todavía pendientes, como el tema de emprendimiento e innovación, que se trató los días 5 y 6 de diciembre en Santiago, Chile, con la presencia de emprendedores de todo el continente, funcionarios y dirigentes de los gobiernos, líderes sociales y ponentes de 20 países.

“La Alianza del Pacífico cree y promueve el libre movimiento de personas, de bienes y servicios, de capitales, de estudiantes y profesores; una integración energética y comercial”, dijo el presidente Sebastian Piñera en sus palabras de inauguración. “Y muy principalmente”, continuo, “la promoción de la innovación y el emprendimiento como fuentes fundamentales de creación de riqueza”.

Las países conformados en la Alianza representan en su conjunto la sexta economía del mundo, con más de 200 millones de habitantes, más de la mitad del comercio de América Latina, y un tercio del producto bruto de la región. Los cuatros países tienen tratados de libre comercio con Estados Unidos, dos de ellos pertenecen a la OCDE y uno está en camino, y todos miran a Asia para expandir su comercio. Los cuatros tienen un bono demográfico en términos de altos porcentajes de poblaciones jóvenes y crecientes clases medias. A su vez, sus dirigencias políticas y empresariales parecen enfocadas en seguir promoviendo dinamismo y crecimiento a sus economías, priorizando regla de juego claras, integración al mundo y el capital privado.

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Reformando la educación latinoamericana a través de la innovación

En América Latina, la educación enfrenta múltiples desafíos. Un gran número de estudiantes no termina la escuela, en promedio apenas el 40 % de los alumnos de la región logran graduarse del secundario. Aún peor, los que sí logran terminar no reciben una educación de calidad. Comparaciones internacionales, como las reconocidas evaluaciones PISA de la OCDE, son sólo algunos datos entre muchos que muestran a Latinoamérica en las últimas posiciones.

Ante esta realidad, es evidente que no podemos mantener la situación actual y esperar mejores resultados. Es necesario traer innovación al sistema educativo. Esto significa promover la participación de nuevos actores, como padres, grupos de alumnos, emprendedores privados y de organizaciones no gubernamentales o sin fines de lucro.

¿Cómo lidiar con un desafío tan enorme? Esta cuestión fue el tema central de la reunión realizada hace algunas semanas por el Brookings Center for Universal Education. Entre los participantes se encontraban influyentes líderes de opinión, pensadores e innovadores del sector privado, quienes actualmente están trabajando en promover la calidad de la educación en América Latina.

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