Los cambios reales en Oriente Medio

Confundir resultados aparentes con hechos reales produce mitos y confusión e inexorablemente lleva al error de comprensión. Esto ha sido especialmente evidente en lo que viene sucediendo con la mayor parte de las noticias que circulan últimamente sobre los cambios políticos en Oriente Medio.

En concordancia con los informes de la prensa, la situación en Siria está empezando a mejorar, Rusia finalmente ratificó su actitud de apoyo abierto hacia Irán y la administración de Bashar Al-Assad. También hemos oído que el retiro houthi en Yemen es el resultado de un acuerdo entre saudíes e iraníes.

Lo concreto es que Arabia Saudita abandonó a la oposición siria, pero también negó cualquier reconciliación con Assad. Y los libaneses ya pueden elegir a un presidente tras el acuerdo nuclear iraní. Algunos medios incluso afirmaron que las nuevas posturas tomadas por el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, son el resultado de un paquete de reconciliación entre Irán y los países del Golfo y que Arabia Saudita ha comenzado a favorecer a Hamas, dando la espalda a la autoridad palestina.

Hasta ahora no hay pruebas convincentes de que estos cambios han tenido lugar, de hecho, personalmente no creo que se produzca ningún cambio político o militar. Continuar leyendo

Las implicancias del acuerdo nuclear

Era una obviedad para la mayoría de los analistas y los comentaristas conocedores de Medio Oriente que lo que parecía una larga telenovela tenía solo dos actores estrellas: Irán y Estados Unidos. Los países europeos solo tuvieron un rol de extras, cuya participación no era más que secundaria y a los solos efectos de dar una fachada de legitimidad internacional a las negociaciones y al acuerdo.

A lo largo de todos estos años, el diálogo real tenía lugar entre Washington y Teherán. La comunidad internacional y el mundo árabe se dieron cuenta de esa realidad sin necesidad de que se los expliquen en profundidad.

Lo especialmente interesante, además de lo extenso de la telenovela, era que no había -ni hay- ninguna garantía de éxito, ello quedó claro en la insistencia de la administración Obama en que las negociaciones se limiten al programa nuclear de Irán, sin tocar otros problemas políticos regionales y repitiendo al más alto nivel que las cuestiones políticas de la región eran cuestiones separadas del acuerdo.

Esas cuestiones políticas regionales jamás fueron tenidas en cuenta ni objetadas por los extras europeos de la telenovela. Nunca se consideró el soporte de Teherán a grupos políticos terroristas como Hezbollah en Líbano, al régimen del dictador Bashar Al Assad en Siria o a la injerencia de Irán en Yemen y Gaza. Tampoco cuestionaron la peligrosidad regional del programa nuclear de Irán en lo referente a las repercusiones geológicas y sísmicas de tener instalaciones nucleares en un país propenso a terremotos devastadores como lo es Irán. Continuar leyendo