Necesaria ampliación de la ofensiva militar

En las últimas semanas, Oriente Medio ha sido motivo de una intensa actividad diplomática en la que se han incluido las visitas de varios líderes mundiales a las capitales de la región, en particular a Riad. Luego de esta actividad, hemos visto a Jordania, Egipto y Turquía intensificar su participación en la coalición internacional que lucha contra el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS). Esto es algo que hay que observar con atención ya que representa un importante punto de inflexión en las relaciones entre los cuatro países más importantes de la región en lo relativo al resultado del curso del conflicto en Siria, es decir: Arabia Saudita, Turquía, Egipto y Jordania, quienes están proporcionando una oportunidad para que el reino saudí juegue un papel central al freno del extremismo sunita y a la propia expansión de su contraparte chiíta.

Toda esta actividad diplomática no puede divorciarse situacionalmente de las relaciones que los países de la región mantienen actualmente con jugadores relevantes fuera de ella, en particular con países de Europa Occidental y Estados Unidos. Las recientes reuniones, los diálogos y las declaraciones conjuntas entre representantes regionales y visitantes extranjeros muestran coherencia en términos de las posiciones mantenidas. Esta situación tiene lugar en el contexto de los esfuerzos y la lucha contra el ISIS y sus grupos satelitales que se han convertido en una especie de nuevo modelo para la guerra contra el terrorismo en este tiempo, tal y como describí que sucedería antes de principios del año 2009 en mi obra “La Yihad Global, el terrorismo del Siglo XXI”.

Los actuales esfuerzos diplomáticos no deben ser separados de la coordinación y el aumento de la cooperación militar entre los miembros regionales de la coalición. Ellos van en línea con la reciente coordinación iraquí-jordana-egipcia en la lucha contra el ISIS. Así fue que vimos aviones de combate egipcios y jordanos bombardear objetivos del ISIS en ciudades de Siria y Libia.

El tipo de cooperación militar de la que estoy hablando se asemeja a la ofrecida por los Estados Unidos y Arabia Saudita para entrenar y equipar a los kurdos o a los recientes esfuerzos de Francia para comercializar sus aviones de combate Rafale a la coalición integrada por Emiratos Árabes Unidos y Egipto que están utilizándolos para bombardear a los terroristas; de hecho, Egipto ha utilizado estos aviones que ha adquirido de Francia como parte de su reciente ofensiva aérea contra el ISIS en Libia.

Así, en el transcurso de las reuniones y la actividad diplomática, parecería que el objetivo principal es ampliar la lucha actual en una guerra global contra todos los grupos terroristas internacionales, no sólo contra el ISIS -utilizando para ello la lucha actual como trampolín para derrotarlo- en Siria e Irak, sino también en Libia, Egipto y en cualquier otro lugar que pretenda operar y luego neutralizar a sus otros primos siniestros.

Aunque en la actualidad, la mayoría de las campañas aéreas se están llevando a cabo contra el ISIS, esas medidas se direccionan a la formación de una fuerza militar regional para luchar contra todos los grupos islamistas de la región, lo cual representaría un importante punto de inflexión estratégica en el conflicto. Sin embargo, es imposible derrotar a este grupo sin un enfrentamiento directo con participación de tropas en tierra, y en ello, son los Peshmegas kurdos los que están abriendo la primera brecha y mostrando que se puede lastimar al ISIS sobre el terreno. Aun así, esto no será suficiente para afrontar realmente la lucha contra el grupo en un siguiente nivel de combate.

Paralelamente a estas medidas, los países de la región y el resto de la comunidad internacional tendrán que intensificar sus esfuerzos para cortar la financiación al ISIS, detener la ola de combatientes de todo el mundo que se unen a la agrupación y monitorear efectivamente sus actividades de propaganda en los medios de comunicación.

Los esfuerzos actuales contra el grupo representan un paso importante en términos de reunir diferentes capacidades militares internacionales y regionales en una sola fuerza, además de la importancia y los esfuerzos dirigidos a neutralizar sus canales de financiación y su sofisticada maquinaria mediática.

No obstante, como dijimos, solamente con ataques aéreos no será suficiente para neutralizar al grupo islamista, la lucha sobre el terreno de los kurdos debe ser imitada y apoyada plenamente para que la coalición regional e internacional tenga éxito y, si realmente se quiere liberar al mundo de la destrucción y muerte que los radicales han desatado, estas nuevas medidas no podrán dejar de tomarse. La primera de ellas en términos de importancia es, por supuesto, la ampliación del alcance de la ofensiva militar contra ISIS para incluir también a otros grupos terroristas. Esto obligaría a la ampliación de la lista de objetivos, por lo que también deberían incluirse a las fuerzas del presidente sirio Al-Assad quien no es ajeno a la etiqueta de terrorista. Desde que comenzó el conflicto Bashar ha estado involucrado de cerca con grupos terroristas como Hezbollah, que combate dentro de Siria en apoyo del régimen con todo el sostén y la logística de Irán.

El segundo paso consiste en la continuidad de ayuda humanitaria y asistencia a las personas que viven en territorio bajo control de ISIS para normalizar su vida cotidiana. El tercer punto requiere del lanzamiento y profundización de campañas mediáticas anti-extremistas que deberían tener su epicentro, sobre todo, en la comunidades musulmanas de todo el mundo centrándose en la forma en que estos grupos se han desviado del Islam perturbándolo a través de su dogmatismo ideológico y mostrando que unirse a estos grupos es ajeno al Islam, pues los terroristas rompen las normas religiosas y éticas básicas de la religión.

El combate contra los grupos terroristas es crucial, y lo que es más importante, se trata de una lucha amplia e integral. Si esto no se logra, entonces la guerra contra el terrorismo no tendrá éxito en la derrota de uno solo de estos grupos y el conflicto continuará otorgando el tiempo suficiente para que los grupos terroristas de hoy engendren otros nuevos y mas feroces, como Al-Qaeda hizo antes dando lugar al ISIS y Al-Nusra, quienes seguramente abrirán puertas a los grupos terroristas del mañana

No hay casualidades, todo se entrelaza

Para muchos es como si hubieran despertado de repente ante la brutalidad y la barbarie del terrorismo islamista. Como si antes de esto la violencia no hubiera existido en el mundo árabe islámico. Como si el asesinato -quemado vivo- del piloto jordano Muadh Al-Kasasbeh por parte del ISIS contradijera los postulados políticos religiosos del grupo terrorista.

En favor del Islam hay que decir que ninguna religión ha sido o es “religión de paz”; pocas han escapado a un historial de violencia. Sin embargo, el mundo ha evolucionado. Por ello, no es la barbarie del islamismo radical lo que debe sorprender, aunque ciertamente es asombrosa. Lo que debe llamar la atención, es el hecho de que alguna vez creímos que los terroristas y sus crímenes serían detenidos por los propios musulmanes desde su pregonada ética y la racionalidad que publicitan sus jerarquías religiosas. Y también por los gobiernos democráticos dentro del marco de la ley. Continuar leyendo

ISIS y la tecnología como campo de batalla

Si hubiera controles correctos de sitios web y de las herramientas sociales en Internet, ¿sería el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) tan fuerte y eficaz como lo es hoy? La respuesta es simple: “No”. El ISIS no habría sido tan eficaz, ni hubiera podido ampliar sus operaciones en la forma en que lo ha hecho. Éste “no” no constituye una idea o hipótesis, es una realidad que se confirma diariamente en las noticias que han revelado la captación de adolescentes y delincuentes de todo el mundo que han sido seducidos para unirse a los yihadistas.

El fenómeno del ISIS, como sostengo y describo en varias de mis columnas anteriores, no tiene nada que ver con el Islam. Estas personas han secuestrado la religión y asesinaron miles de musulmanes, cristianos, azeríes y kurdos por igual, y si no son detenidos, planifican hacer lo propio con los judíos y con cualquier persona que confronte los postulados de su ideología. Continuar leyendo

Siria: se debe preservar la nación-estado por sobre el estado sectario

A medida que EEUU y Rusia se preparan para verificar los trabajos de desmantelamiento de las armas químicas en Siria, algunos think tanks en Washington y Moscú están tratando de revivir la idea de dividir el país devastado por la guerra en miniestados.

Todo es muy similar al debate previo a las elecciones de Irak en 2003, tras la liberación de la tiranía baasista de Saddam Hussein. Incluso una serie de libros editados recientemente en los EEUU avanzan sobre el tema de dividir Siria en miniestados, igual que el Irak actual fue repartido fácticamente en tres cantones: chiíta, sunita y kurdo.

Recuerdo exactamente un enfrentamiento verbal que tuvo sobre el tema el senador Joseph Biden, actual vicepresidente de los EEUU, con el senador John McCain. En esa discusión, Biden insistió en que Irak era un estado artificial y no podía sostenerse. Lo que el actual vicepresidente no entendía ni comprende actualmente es que todos los Estados árabes, y también los EEUU, son artificiales, sencillamente porque ninguno cayó del cielo completamente formado y menos en sus circunstancias actuales.

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