Para comprender una situación es necesario contemplar todos los aspectos involucrados.
Últimamente, después de algunos hechos tremendos que tomaron dimensión pública (el presunto envenenamiento del profesor Porro, el video del docente golpeado en Formosa, la pelea de las alumnas de Monte Grande, por mencionar algunos ejemplos), se ha retomado el desagradable hilo narrativo abandonado en marzo, que tenía como protagonistas a los docentes y a los alumnos. Los “burros”, como se repitió hasta la náusea en los medios de comunicación durante los 17 días de paro docente (estos últimos, “los vagos”), se han transformado al parecer en homicidas en potencia, en pichones de Circe, en “salvajes”.
Quién diría, la vieja antinomia de la civilización y la barbarie, pulida y remozada por las camaritas de los celulares, en televisión. Continuar leyendo