El vocablo griego ‘anagennao’, lejos de dar cuenta de un nacimiento, abraza la idea aún más desafiante de una nueva clase de comienzo. Comprender la vasta noción de transformación implica lisa y llanamente regeneración.
Regenerarse, volver a generar, proviene del griego, ‘palingenesia’. Palin significa volver o regresar, genesia habla de una genética que nos lleva al origen.
Nuevo nacimiento es recuperarse del viejo estadio del estancamiento, del parate que inmoviliza al atentar contra toda idea de progreso.
Nuestros padres fundadores defendieron durante la segunda mitad del siglo XIX paradigmas sólidos tendientes a crear un orden político legítimo preparado para imponerse en un extenso territorio, poco poblado y con un nulo grado de integración. Domingo Faustino Sarmiento y Juan Bautista Alberdi coincidían en el horizonte al cual apuntaba nuestra naciente Argentina: el progreso material y la estabilidad política.
Hoy esa distante idea de progreso pide de un esfuerzo mayúsculo. Sin duda 2015 puede ser catalogado como un año signado por importantes pruebas a superar. Pese a ello, la idea misma de crisis encierra oportunidades para grandes cambios. Continuar leyendo