Partimos de la más absoluta presunción de inocencia hasta que las autoridades responsables, con su debido proceso, indiquen legalmente lo contrario. No sería la primera vez que aparece un muerto en un placar y el muerto termina siendo finalmente de otro. Sin embargo, deja estupefacto ver cómo de un banco nacional y a plena luz del día se llevan 14 millones de pesos en oscuros bolsos y a una sola semana del cambio de Gobierno nacional. El rumbo que tomó ese dinero es desconocido hasta hoy. Eso en un país en el que para comprar 501 dólares hay que pasar por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), en un país en el que cualquier cuenta miserable puede estar sospechada hasta por la sucursal de cualquier banco. De esta insólita situación, esperamos con fervor las explicaciones pertinentes del gerente del banco, de la cooperativa, del Gobierno provincial y, por supuesto, de la Justicia.
Lo visto es sólo un ejemplo de mil conductas que, cuando menos, invitan a la suspicacia. En ese clima enrarecido por la detención de Milagro Sala y un sinfín de acusaciones cruzadas, un rosario le fue entregado a la dirigente social en nombre del papa Francisco. Ante la controversia generalizada y extendida en todas las redes sociales, monseñor Víctor Fernández publicó una nota replicada por todos los medios en la que interpreta las razones de este acto. Cualquier conocedor moderado de la temática religiosa sabe que monseñor Fernández, rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), es una personalidad clave de la Iglesia, a quien Francisco recurre asiduamente para poner en palabra su pensamiento. Este reconocido teólogo e intelectual de fuste no duda en escribir: “Al Papa nadie le marca la cancha”, y añade muchos conceptos, entre los que explica a cuántos condenados en el mundo Su Santidad le entregó un rosario como gesto para la oración y como instrumento de conversión. Continuar leyendo