Con la terrible muerte del Fiscal Nisman, no estamos asistiendo a una simple operación de prensa que intenta evitar el conocimiento de la verdad de los hechos y responsabilizar al gobierno. Estamos frente a un intento de Golpe de Estado, que procura sacar del medio a la Presidenta y terminar con este proyecto político que gobierna desde el 2003, para imponer la restauración conservadora-neoliberal que gobernó durante décadas para su provecho.
Nada es casualidad, la operación estaba preparada desde hacía tiempo, pero adelantaron su ejecución.
La denuncia de Nisman es indefendible. Su pobreza jurídica y su acusación parecen producto de una alucinación, pero son parte de un complot. Continuar leyendo