“Encontramos una provincia que sólo tenía un 3% del presupuesto en capacidad de inversión, la más baja entre todas las provincias. Encontramos un Estado que está más preparado para obstaculizar que para gobernar, con un sistema de administración obsoleto, burocrático y lento.
Ningún proceso de la administración pública es 100% digital: por mes se transportan 175 mil expedientes en papel y detrás de esos expedientes y el tiempo que se pierde en cada traslado hay una persona esperando.
Recibimos un Estado que no puede dar respuesta a los problemas, porque una licitación para hacer una obra tarda entre nueve y once meses para adjudicarse, y ni hablemos del tiempo para que la obra efectivamente empiece.
Seamos claros en esto: aun si tuviéramos el dinero, el proyecto aprobado y la capacidad de hacer, con esta forma de administrar no podríamos usar los recursos de un año, porque los expedientes viajan en carretilla.
Tenemos una ley de obra pública vieja, compleja, que genera dificultades y que aleja al Estado de los que más lo necesitan”.
María Eugenia Vidal (01/03/2016)
La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, en su reciente discurso ante la Asamblea Legislativa, puso sobre el tapete el tema medular sobre el cual deberemos debatir en los próximos años. El rol del Estado, luego de vivir doce años de autoritarismo, oligarquía y subadministración, ahora no debería, en esa vieja y mala costumbre pendular argentina, llevarnos a un Estado prolijo y administrado pero injusto e ignorante de los desposeídos. Abandonados por el sistema competitivo, que en todo el mundo debate la exclusión como tema. Continuar leyendo