¿Hasta cuándo?

La semana pasada, la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, presentó dos testimonios requeridos por ley ante comités de la Cámara de Representantes y del Senado.

Uno de los rasgos sobresalientes de ambas presentaciones ante el Congreso de Estados Unidos fue la cortés pero firme negativa de la presidenta Yellen de declarar la fecha exacta de cuándo el Banco Central comenzará a subir la tasa de interés. Interrogada de diferente manera, especialmente por representantes Republicanos, la funcionaria declaró que depende de los niveles de empleo y de inflación.

Dos semanas antes, en discurso pronunciado ante el Club Económico de Nueva York, Yellen describió el panorama económico como lo perciben los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal. El pronóstico es que el objetivo de máximo empleo con estabilidad de precios, entendido como el desempleo entre 5,2 y 5,6 por ciento y la inflación entre 1,7 y 2 por ciento, será alcanzado hacia el fin de 2016. Además, el Banco Central reconoce que puede requerirse mantener baja la tasa de interés por algún tiempo, después de que se alcance el objetivo.

La respuesta a la pregunta de hásta cuando permanecerá baja la tasa de interés depende de la respuesta a lo que Yellen llamó tres grandes preguntas: ¿Hay rezagos en el mercado de trabajo? ¿Se está moviendo la inflación hacia 2 por ciento? Finalmente, ¿qué factores pueden descarrilar la recuperación? O sea, la respuesta es hacia fines de 2016, o antes si es necesario.

EEUU, exportador de combustible

Los altos precios del petróleo arriba de $100 por barril han viabilizado nuevas tecnologías en Estados Unidos, tales como la fracturación hidráulica y la perforación horizontal, conducentes a significativos aumentos en la producción no convencional de petróleo y gas.

La semana pasada, la Agencia Internacional de Energía, basada en París, dijo que Estados Unidos se convertirá, en este trimestre, en el productor principal de combustibles líquidos, fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Además, una mayor producción de biocombustibles, tales como el etanol y el biodiésel, empujó la produccción total de combustibles líquidos en Estados Unidos a 11.2 millones de barriles diarios (bpd), superior a la producción de Rusia. También, Estados Unidos ya es el tercer productor mundial de crudo, después de Arabia Saudita y Rusia.

De hecho, la producción de petróleo y gas en Estados Unidos alcanzó 10,28 millones de bpd, la tercera en el mundo, muy cerca de la producción de 10,81 millones de bpd en Rusia. Por ende, en 2011, Estados Unidos se convirtió en exportador neto de productos de petróleo refinado, lo cual no se veía desde 1949.

Más aún, hay creciente evidencia que esta transformación es sostenible. La Administración de Información Energética de Estados Unidos, en agosto, confirmó aumentos en las reservas “probadas” de gas y petróleo, o sea aquellas reservas que pueden ser extraídas y comercializadas bajo las condiciones actuales. Las reservas de petróleo crecieron 15 por ciento, al nivel más alto desde 1985, mientras que las reservas de gas aumentaron 10 por ciento, al nivel más alto desde 1977.