Los altos precios del petróleo arriba de $100 por barril han viabilizado nuevas tecnologías en Estados Unidos, tales como la fracturación hidráulica y la perforación horizontal, conducentes a significativos aumentos en la producción no convencional de petróleo y gas.
La semana pasada, la Agencia Internacional de Energía, basada en París, dijo que Estados Unidos se convertirá, en este trimestre, en el productor principal de combustibles líquidos, fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Además, una mayor producción de biocombustibles, tales como el etanol y el biodiésel, empujó la produccción total de combustibles líquidos en Estados Unidos a 11.2 millones de barriles diarios (bpd), superior a la producción de Rusia. También, Estados Unidos ya es el tercer productor mundial de crudo, después de Arabia Saudita y Rusia.
De hecho, la producción de petróleo y gas en Estados Unidos alcanzó 10,28 millones de bpd, la tercera en el mundo, muy cerca de la producción de 10,81 millones de bpd en Rusia. Por ende, en 2011, Estados Unidos se convirtió en exportador neto de productos de petróleo refinado, lo cual no se veía desde 1949.
Más aún, hay creciente evidencia que esta transformación es sostenible. La Administración de Información Energética de Estados Unidos, en agosto, confirmó aumentos en las reservas “probadas” de gas y petróleo, o sea aquellas reservas que pueden ser extraídas y comercializadas bajo las condiciones actuales. Las reservas de petróleo crecieron 15 por ciento, al nivel más alto desde 1985, mientras que las reservas de gas aumentaron 10 por ciento, al nivel más alto desde 1977.