Uno de los eventos paralelos a la Cumbre del Grupo de las Ocho naciones industrializadas, celebrada esta semana en Irlanda del Norte, fue el lanzamiento de las negociaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos sobre la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión.
Algunos dudaron de que pudiese lograrse esto a tiempo, como era la intención del primer ministro David Cameron de Gran Bretaña, el anfitrión de la cumbre. Ciertos obstáculos eran considerados insuperables, tales como la protección a la agricultura en ambos lados del Atlántico y una semana antes, la llamada excepción cultural planteada por el gobierno francés.