Durante la campaña para reelegirse, en el verano de 2012, el presidente Barack Obama dijo que esperaba que bajara la fiebre republicana contra la política fiscal, tan pronto como fuese evidente que no podía postularse otra vez. El primer año del segundo mandato del presidente no confirmó ese pronóstico. De hecho, a lo largo del año pasado, la “fiebre” aumentó. Entre otros factores, el accidentado lanzamiento de la ley de salud contribuyó a reducir la tasa de aprobación del desempeño del presidente Obama.