Durante la campaña para reelegirse, en el verano de 2012, el presidente Barack Obama dijo que esperaba que bajara la fiebre republicana contra la política fiscal, tan pronto como fuese evidente que no podía postularse otra vez. El primer año del segundo mandato del presidente no confirmó ese pronóstico. De hecho, a lo largo del año pasado, la “fiebre” aumentó. Entre otros factores, el accidentado lanzamiento de la ley de salud contribuyó a reducir la tasa de aprobación del desempeño del presidente Obama.
No obstante, tres decisiones bipartidistas, aprobadas a partir del fin del año pasado, proporcionan evidencia de que la “fiebre” está bajando. El acuerdo presupuestario bipartidista por dos años aprobado a mediados de diciembre fue la primera señal. Luego, en la primera semana de febrero, la estancada ley de subsidios agrícolas fue aprobada, autorizando casi $1 billón de gasto durante los próximos 10 años. Finalmente, el gobierno federal ha sido autorizado por el Congreso, sin requerir condición alguna, a endeudarse hasta marzo de 2015.
Parte del crédito por la adopción de estas decisiones bipartidistas debe dársele al vocero de la Cámara de Representantes John Boehner (republicano de Ohio), quien empujó estos proyectos de ley hasta su aprobación, a pesar de la recia oposición de miembros de su propio partido, así como de influyentes organizaciones conservadoras no gubernamentales. La decisión de aumentar el límite del endeudamiento ilustra lo que esto ha significado. La Cámara de Representantes aprobó la medida con 221 votos a favor y 201 en contra, con el apoyo de sólo 28 Representantes Republicanos y 199 en contra.