China 2030

Este es el título de un informe divulgado conjuntamente, el pasado marzo, por el Banco Mundial y el Centro de Investigación Sobre Desarrollo del Consejo de Estado de la República Popular China. El informe atrajo atención de nuevo, porque contiene proyecciones de crecimiento a largo plazo, como lo indica su título, hasta 2030. La proyección central es que el crecimiento económico disminuirá gradualmente, en medio de reformas económicas orientadas hacia colocar a China en el rango de las economías de alto ingreso.

El viraje hacia el crecimiento más lento en China parece haber comenzado. El último Panorama Económico Mundial, divulgado en Washington DC por el Fondo Monetario Internacional, vaticina una trayectoria de crecimiento más lento en Asia. Para China, la proyección es que el crecimiento disminuirá este año a 7,5 por ciento y a 7,25 por ciento en 2014, ambas tasas todavía vigorosas y dentro de las metas del gobierno.

A largo plazo, en un escenario de reformas sustantivas, la proyección es que el crecimiento de China disminuirá gradualmente, desde las tasas actuales de alrededor de 7 por ciento, a 5 por ciento en 2030. Esto significa una reducción de la mitad de las tasas de crecimiento de dos dígitos de décadas anteriores.

La expectativa es que en noviembre próximo la conferencia del Partido Comunista, conocida como el Pleno y celebrada cada cinco años, aprobará el plan de reformas, que contendrá las nuevas metas de crecimiento más lento.

Monedas declinantes

La afirmación de que se aproxima un cambio en la política monetaria de Estados Unidos, en el sentido de que están terminándose los días del dinero barato, ha cambiado el rumbo de los flujos de capital hacia afuera de las economías de mercado emergente. Desde Indonesia, India y Turquía, hasta en Brasil, las monedas están cayendo y los capitales están regresando, esperando mejores rendimientos en sus países de origen.

La disminución de las exportaciones de materias primas, debido a la menor demanda en China e India, está contribuyendo a desacelerar el crecimiento en las economías de mercado emergente. Aún así, continuaron llegando los capitales, empujando hacia arriba las monedas y generando quejas de los exportadores y de los banqueros centrales.

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