Arrancó un nuevo año y, ni lerdos ni perezosos, volvieron a plantearse los principales dilemas de la economía de nuestro país. Es que mientras millones de compatriotas descansan, otros esperan poder hacerlo en las próximas semanas y una parte significativa (muchas veces ninguneada) no puede acceder al derecho de tener vacaciones. La realidad económica no se toma respiro.
En los últimos días vimos marchas y contramarchas en el gobierno nacional, algo poco común en la gestión kirchnerista, respecto de dos temas: una reforma del impuesto a los bienes personales y la importación de tomates para frenar los aumentos de precios. Ambas cuestiones terminaron por ser desmentidas por Kicillof, ungido ahora como voz de mando en temas económicos por la Presidenta.