La muerte de José Alfredo Martínez de Hoz, en su casa y no en una cárcel, quedó cerca de un nuevo aniversario del inicio de la más sangrienta de las dictaduras de nuestra historia nacional. El 24 de marzo, además de ser una fecha para ejercitar la memoria colectiva es un día de lucha contra la impunidad de quienes perpetuaron los crímenes de lesa humanidad y también de quienes participaron y se beneficiaron política y económicamente de los mismos.
La dictadura del 76 no puede reducirse a la aplicación del terrorismo de Estado. La represión fue el instrumento utilizado para cortar el sueño de una generación de hombres y mujeres que soñaban con una sociedad regida por otros valores a los que sustentan el sistema actual. Pero el llamado “Proceso de Reorganización Nacional” era también un proyecto de reestructuración integral de la economía, el sistema político y la cultura argentina. En el ideario de los militares que lo ejecutaron, el “proceso” culminaría en una limpieza de tipo moral, condición para reconciliar ala Nación con los valores tradicionales conservadores.