El precio del dólar blue sí es importante

El dólar blue vuelve a ser noticia. Luego de permanecer calmado e incluso deprimido durante la primera parte del año, la cercanía a la fecha de las elecciones y el continuo descontrol monetario colaboran para que su precio se ubique muy cerca de los máximos desde su nacimiento.

Frente a esta realidad, la estrategia discursiva del Gobierno es sencillamente el ninguneo. El jueves pasado, Axel Kicillof se preguntó retóricamente: “¿A quién le afecta la cotización del dólar?”. Durante el fin de semana insistió en la minimización del fenómeno al afirmar que el mercado del blue “mueve menos que la quiniela”.

Las declaraciones no sorprenden. De hecho, es una práctica común dentro del kirchnerismo. En 2012, el entonces ministro Hernán Lorenzino dijo que el dólar blue “no le importa a nadie”, en momentos en que este superaba los $ 10 por primera vez desde la convertibilidad.

Tal vez sea casualidad, pero justo los dos ministros que más devaluaron la moneda desde 2003 nos quieren hacer creer que el dólar no es un problema. Continuar leyendo

Contra la devaluación, a favor de la “devaluación”

Con una inflación que supera el 30% anualizado y un tipo de cambio fijado en el entorno de los 8 pesos desde enero de este año, el debate sobre si se debe o no devaluar vuelve a cobrar protagonismo en Argentina. En este sentido, es preciso hacer algunas aclaraciones.

La devaluación

En primer lugar, bajo ningún concepto es deseable que el gobierno devalúe la moneda. Un tipo de cambio más alto deteriora el poder de compra de los salarios empobreciendo a la población. Por poner un ejemplo, si en el mercado determinado producto se consigue a 1 dólar y el gobierno decreta que ahora se necesitan más pesos para comprar dólares, es claro que todos tendremos que trabajar más para acceder a ese producto. Puede argumentarse que los argentinos no deberíamos preocuparnos por productos cuyos precios están en dólares, pero eso sería darle la espalda al comercio internacional y, de la misma forma que no deberíamos darle la espalda al comercio con el panadero del barrio, no es sensato hacer lo mismo con los de otros países. Continuar leyendo