Un día después de la pasada Navidad, Daniela le pidió una semana de vacaciones al dueño de la empresa donde trabaja en la Florida. Le dijo que necesitaba realizar varias gestiones personales.
Reservó un billete aéreo con destino a La Habana y en el hospital Hijas de Galicia, en la barriada de Luyanó, le hicieron un aborto. “Solo tengo 22 años y estaba embarazada de dos meses. Aun no tengo seguro medico en Estados Unidos y por eso decidí hacerme el aborto en Cuba. Es el primero que me hago. Mi prima me consiguió los contactos”.
Cuarenta dólares deslizados subrepticiamente en un bolsillo de la bata blanca de la doctora y un bolso repleto de comida y juguetes para sus hijos, agilizaron la intervención quirúrgica. Continuar leyendo