Después de estrujarse la cabeza en busca de un procedimiento jurídico que permitiera enviar a la cárcel al gánster de Chicago Al Capone, Eliot Ness y sus legendarios Intocables utilizaron un arma clave para encarcelarlo: la evasión de impuestos.
El Tío Sam te da el derecho constitucional de expresarte libremente y asociarte, pero si dejas de pagar un centavo de los Taxes puedes ir a chirona. Claro, se pagan salarios justos, existen sindicatos y tribunales independientes del Estado, convenios salariales con las empresas y derecho a huelga.
También el contribuyente puede requerir al fisco qué hace con su plata si observa hospitales, escuelas públicas y parques desguazados o autopistas repletas de baches, como en Cuba, donde las carreteras son auténticas minas terrestres.
No creo que los esfuerzos de la disidencia, acorralando a los Castro para que cumplan con procedimientos jurídicos plasmados en su propia Constitución, o crear un estado de opinión que los fuerce a ratificar los Pactos de la ONU firmados en 2008 culminen con éxito, pese a ser caminos legítimos que dejan al descubierto la esencia dictatorial del gobierno.
Ahora mismo, lo que está socavando las estructuras del añejo e inoperante sistema es el robo en la producción y servicios, la ineficacia laboral y el fraude generalizado del contribuyente al fisco. No hay Estado que pueda soportar esa elevada sangría financiera.