Luego de la quiebra de Lehman Brothers, el mundo enfrentaba la amenaza de caer en una nueva Gran Depresión. Aún peor que la de 1929-1933. Sin embargo, como consecuencia de 75 años de acumulación de conocimientos sobre el funcionamiento de la economía y el esfuerzo de los países que integran el G20, se coordinaron las políticas económicas que permitieron derrotar al fantasma tan temido.
Pasado el shock inicial, el mundo se movió a dos velocidades, fuerte en los emergentes y más débil en los desarrollados. Hoy, a poco más de cuatro años del episodio, el mundo se recupera a tres velocidades. Por un lado, los emergentes, si bien crecen a tasas algo menores, mantienen su dinamismo. Por otra parte, EEUU (pese al freno que implica la consolidación fiscal) y Japón, sus políticas monetarias están dando el soporte necesario para alcanzar una recuperación sólida.