Ha obtenido media sanción por parte del Senado de la Nación un proyecto impulsado por diputados de la oposición para suspender los despidos por un año, retroactivo al 10 de diciembre de 2015.
Es uno de esos tantos proyectos bien intencionados, pero que provocan el efecto contrario al que sus autores esperan. No obstante, en este caso es probable que varios de los que lo apoyan conozcan muy bien sus peligrosas consecuencias y deseen que, aunque afecte a muchas personas, ellas se verifiquen, como modo de erosionar el Gobierno de Mauricio Macri.
En el sector privado, los empleos no se crean ni se pierden porque las leyes así lo determinen. Es el nivel de actividad de cada empresa y las expectativas respecto del futuro lo que influye sobre los empresarios para que contraten más personal, mantengan el que tienen o deban desprenderse de algunos trabajadores.
Si ese proyecto fuera convertido en ley, los empresarios tendrían menos estímulos para incorporar personal, ya que si por menor actividad o rentabilidad se vieran en la necesidad de despedirlos, no podrían hacerlo. En otras palabras, suspender los despidos implica suspender también la creación de empleos. Continuar leyendo