Ha obtenido media sanción por parte del Senado de la Nación un proyecto impulsado por diputados de la oposición para suspender los despidos por un año, retroactivo al 10 de diciembre de 2015.
Es uno de esos tantos proyectos bien intencionados, pero que provocan el efecto contrario al que sus autores esperan. No obstante, en este caso es probable que varios de los que lo apoyan conozcan muy bien sus peligrosas consecuencias y deseen que, aunque afecte a muchas personas, ellas se verifiquen, como modo de erosionar el Gobierno de Mauricio Macri.
En el sector privado, los empleos no se crean ni se pierden porque las leyes así lo determinen. Es el nivel de actividad de cada empresa y las expectativas respecto del futuro lo que influye sobre los empresarios para que contraten más personal, mantengan el que tienen o deban desprenderse de algunos trabajadores.
Si ese proyecto fuera convertido en ley, los empresarios tendrían menos estímulos para incorporar personal, ya que si por menor actividad o rentabilidad se vieran en la necesidad de despedirlos, no podrían hacerlo. En otras palabras, suspender los despidos implica suspender también la creación de empleos.
Por las pésimas políticas del Gobierno anterior, hace cuatro años que prácticamente no hay creación neta de empleos en el sector privado. Las mejores expectativas generadas por el Gobierno de Cambiemos van a permitir superar ese estancamiento. Pero a esas expectativas hay que fortalecerlas, no minarlas con iniciativas de corte populista, que suenan bien cuando se enuncian, pero que obtienen lo contrario de lo que declaman.
Los empleos genuinos se crean con un clima favorable a la inversión, como viene haciendo Macri, entre otras cosas a través de dejar atrás el default y eliminar el cepo cambiario. Pero algunos viven del pensamiento mágico y les asignan efectos milagrosos a las palabras de las leyes. Es el voluntarismo más grosero.
El Presidente ha señalado con claridad que leyes de ese tipo no ayudan, sino que son un retroceso. Ya las hemos tenido y el tiro salió por la culata.