Se cumple hoy un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo. Las fechas patrias tienen —o deberían tener— el propósito de que reflexionemos sobre nuestros orígenes, sobre el sentido de la creación de nuestra nación y, a partir de allí y de la comprobación de nuestra realidad actual, sobre el futuro que podemos construir.
¿Hay una identidad argentina? En términos estrictos, no. Si la identidad fuera algo fijo, inconmovible, establecido en el pasado, viviríamos en una sociedad totalitaria. En la democracia hay tantas identidades como habitantes. De esa unión pueden surgir algunos rasgos comunes que nos otorguen cierto perfil propio, pero nada más.
Nuestra historia es un punto de partida y es justo honrar a quienes, muchas veces con el sacrificio de su vida, su libertad o su patrimonio, nos legaron un país independiente. Pero las comunidades que progresan no se enfocan en el ayer, sino en el mañana.
Dicho de otro modo, nuestro destino no está prefigurado. Seremos lo que queramos ser, si ponemos en esa empresa nuestra pasión y nuestro esfuerzo. Continuar leyendo