Desde esta semana está disponible la nueva línea de créditos hipotecarios que ajustan por inflación. Seis entidades se lanzaron a ofertarlos: Banco Ciudad, Banco Provincia, Banco Hipotecario, Macro, Galicia y Santander.
La base del sistema es la creación de un índice de ajuste, llamado “unidad de vivienda” (UVI), que se acordará diariamente según la inflación, medida a su vez por otro indicador (el Coeficiente de Estabilización de Referencia, CER). Una UVI vale 14,053 pesos y mil equivalen al costo (promedio) de un metro cuadrado construido. Los créditos se calcularán e indexarán en esta unidad. A la vez, la UVI también servirá para indexar instrumentos de inversión financiera (como plazos fijos, por ejemplo). De esta manera, la tasa de interés de un crédito podrá bajar sustancialmente (se calcula que alrededor del 5% anual), y a partir de ahí se incrementaría o no según el movimiento de las UVI, atado, como dijimos, a la inflación.
El sistema no es un invento argentino. De hecho copia las unidades de fomento (UFI) chilenas, donde el crédito hipotecario ha crecido hasta representar el 17% del PBI. El planteo del Gobierno es incrementar lo que hoy es una oferta casi inexistente: el crédito hipotecario en nuestro país apenas alcanzó el primer semestre de 2015 el 0,95% del PBI.
Dos preguntas están en juego: ¿servirá efectivamente este sistema para resolver un déficit de vivienda que oscila entre 2,5 y tres millones de viviendas? ¿El sistema será sustentable en el mediano plazo? Continuar leyendo