La semana pasada el Ministerio de Economía difundió el informe de deuda pública al cierre del ejercicio de 2013. El trabajo estadístico no incluye los montos de los acuerdos alcanzados con Repsol y el Club de París, aunque sí los u$s500 pagados a distintas empresas para poner fin a las demandas contra el país en el CIADI, el tribunal arbitral que depende del Banco Mundial. En cuanto al monto total, la deuda pública bruta alcanzó un récord de u$s202.630 millones, un 39,5% del PBI, estimado por el Ministerio de Economía en unos u$s512.950 millones, aproximadamente.
Sin embargo, la cartera económica se enfoca en la deuda pública neta, que excluye los pasivos contraídos con organismos del Estado como la ANSeS, el Banco Central o el PAMI, por motivos políticos, fácilmente refinanciables. Esta deuda neta está constituida por los vencimientos de capital e intereses de títulos en manos de organismos multilaterales, inversores privados y gobiernos extranjeros, que suman u$s81.556 millones (15,9% del PBI). Si bien es un monto sumamente bajo respecto del producto total de bienes y servicios, su ponderación es mayor a la de 2012 (14,8% del PBI) y 2011 (15,7% del PBI).
Las conclusiones basadas en todos estos cálculos dependen, por supuesto, del monto de PBI que se estime, pues con la devaluación del peso aplicada en enero y el decrecimiento registrado en el Estimador Mensual de Actividad Económica del INDEC (-0,8% en el primer trimestre del año), el Producto tiende a disminuir en 2014.
Este año la deuda se incrementa por la voluntad del Gobierno de avanzar en acuerdos para despejar de conflictos judiciales en el exterior el recorrido final del mandato de Cristina Kirchner, iniciativa que muchos analistas atribuyen a la necesidad de acceder al financiamiento externo en mejores condiciones que las actuales, aunque la disputa legal en Nueva York y el consecuente “default selectivo” complicó el corto plazo.
Por el acuerdo con el Club de París, la acreencia con la entidad integrada por bancos centrales de países desarrollados aumentó de los u$s6.033 millones reconocidos por el Palacio de Hacienda en el informe publicado el 13 de agosto a los actuales y reales u$s9.700 millones, según la compensación rubricada por el ministro Kicillof en mayo y que se desembolsarán a lo largo de cinco años.
El acuerdo con Repsol incluyó la emisión de títulos públicos por 6.150 millones de dólares. Por la ley 26.932 para compensarle a la compañía española la estatización del 51% de acciones YPF se fijó la ampliación de la emisión de Bonar X (AA17) por u$s800 millones, Discount 33 (DIY0) por u$s1.250 millones, Boden 2015 (RO15) por u$s400 millones, Bonar 2024 (AY24) por u$s3.550 millones y una Letra del Tesoro por 150 millones de dólares.
De esta forma, hasta 2020 el acuerdo con Repsol demandará desembolsos por unos u$s3.883 millones en concepto de vencimientos: u$s400 millones por Boden 2015 que vencen en su totalidad en octubre del año próximo más u$s28 millones de intereses (tasa del 7% anual), u$s392 millones por intereses de Bonar X (tasa del 7% anual), unos u$s770 millones por Discount 33 (tasa del 8,28%), u$s2.143 de Bonar 2024 (tasa del 8,75%) más los u$s150 millones de la Letra del Tesoro.
Con estas actualizaciones por los sucesos financieros del primer semestre de 2014, el perfil de vencimientos de la deuda neta, que en un 46% se concentraba hasta el 2020 (u$s34.715 millones), se amplía a unos u$s48.298 millones, un 54,2% de la deuda neta. Ésta crece a u$s89.052 millones al sumársele u$s13.583 millones asumidos por el Gobierno sólo por las compensaciones a Repsol y el Club de París.
Los vencimientos hasta 2020 totalizan u$s48.298 millones y representan en promedio unos u$6.900 millones al año, una importante herencia que afrontará casi en su totalidad la próxima administración. Todavía se excluyen en este cálculo los bonos que no ingresaron a los canjes de deuda, por unos u$11.739 millones según el informe oficial. En este último ítem se encuentran los u$s1.600 millones que el juez Thomas Griesa ordenó pagar a los holdouts (u$s1.330 millones más intereses y punitorios).
Una deuda neta de u$s89.052 millones representa el 17,4% del PBI de u$s512.950 millones, aunque esta proporción se ampliará si cae la actividad económica este año. Es una relación más cercana a la de 2010 (19,4% del PBI) que demuestra que el proceso de desendeudamiento tal como lo esgrime el oficialismo está en franco retroceso.
Si se analiza la deuda pública bruta, a los u$s202.630 millones que cifra el Palacio de Hacienda habría que sumarles unos u$s25.294 millones (por Repsol, Club de París y holdouts), para alcanzar unos u$s228.000 millones, un 44,4% del PBI. Hay que retrotraerse a 2007 para encontrar un peso de la deuda tan elevado como el presente.
Otro dato relevante es que la deuda pública según moneda de emisión está nominada en un 61,9% en divisas extranjeras, por unos u$s125.472,7 millones, pues las acreencias en dólares y euros ganan participación respecto de las emitidas en pesos, principalmente por efecto de la devaluación. Al agregarles los u$s25.294 millones por Repsol, Club de París y holdouts, alcanza los u$s151.000 millones y se consolida por encima de los u$s140 mil millones del default de diciembre de 2001, cuando el 97% de la deuda -que totalizaba u$s144.500 al sumar bonos en dólares y en pesos- estaba nominada en moneda extranjera.