El lanzamiento del BAADE, uno de los títulos ideados por el Ministerio de Economía para el blanqueo de dólares fuera del sistema financiero, tiene como objetivo el financiamiento de obras de infraestructura de YPF. La iniciativa, además de dejar expuesta la necesidad de dólares que afronta la economía argentina, demuestra que a poco más de un año de reestatizada la petrolera los esperados fondos iniciar las obras que permitan recuperar el superávit energético no aparecen.
En el último año de administración estatal, la firma deambuló en un limbo donde no logró financiamiento externo a tasas competitivas, señal de la desconfianza a las políticas públicas del sector, ni pudo incrementar la producción de gas y petróleo. A fines de abril de 2013, la petrolera aprobó la ampliación por u$s2.000 millones del monto del programa global de emisión de títulos de deuda anunciado en 2012, hasta situarlo en un total nominal máximo de 5.000 millones de dólares. Para comprender la dimensión de este cálculo, la cifra cubre en un 88% la capitalización bursátil de la compañía en Wall Street: unos 5.660 millones de dólares ($49.020 millones, según el tipo de cambio “contado con liquidación”). La estatización recortó a la mitad el precio de la acción en Nueva York.