Las inconsistencias del mix de política económica son de larga data. Inflación por encima del 20% fue uno de los primeros síntomas, pero luego se sumaron subsidios creciendo sin control, importaciones de energía, brecha cambiaria y mercado paralelo, y más cerca en el calendario una caída constante de reservas internacionales que se aceleró en los últimos meses.
Esta marcha de la economía se asemeja desde un tiempo largo a un auto que se acerca a toda velocidad a una pared. Este mix de política económica nos expone ante un riesgo de colisión. Hay una inconsistencia entre flujos y stocks: los primeros son permanentes (déficit energético, por ejemplo) y los segundos se acabaron. Por un lado, hasta un tiempo atrás la pared siempre se iba alejando. Principalmente por cuestiones externas (de flujo): dinámica favorable de los términos del intercambio, demanda de nuestros principales productos de exportación (China y commodities agrícolas, Brasil y automóviles). Pero también, aunque en menor medida, por algunos “colchones/stocks” domésticos (cosecha + clima, por ejemplo). Lamentablemente, desde hace unos meses la pared asoma más próxima que nunca en los últimos años. Sin embargo, a pesar de esta certeza de que el actual rumbo nos expone a una colisión, existe un clima de optimismo en el mercado. Optimismo que descansa en varios factores, muchos con fuerte sustento. Uno de los principales es que, a diferencia del pasado, existen fundadas razones para pensar que la colisión es evitable. Por cuestiones externas, pero también porque los problemas locales no son tan graves como en otros momentos de stress e incertidumbre del pasado. Así, existe un amplio consenso respecto de los márgenes de maniobra para evitar la pared.
Otro argumento para sostener el optimismo es que, si bien no se espera que las actuales autoridades usen esos márgenes para cambiar el rumbo de colisión, sí se cree que van a utilizar algunas de las herramientas y medidas disponibles de manera parcial para aminorar la marcha y así al menos retrasar el golpe o reducir su intensidad. Una desaceleración de la velocidad de marcha suficiente además para dejar margen a la administración siguiente para cambiar de dirección, descontando que cualquiera de los candidatos a suceder al Gobierno en diciembre de 2015 sabrán y estarán dispuestos a usar los instrumentos disponibles a partir de esa fecha.
En abeceb.com adherimos a este consenso general, e incluimos en nuestro escenario base la implementación de una serie de medidas por parte de las autoridades para resolver de manera parcial dos de los principales precios relativos que son la fuente primera de los problemas que amenazan a la economía argentina: atraso del tipo de cambio y congelamiento de tarifas. Lo que esperamos sean los pasos a seguir por el Gobierno en los próximos meses incluye medidas sobre la pérdida de divisas por turismo, un ajuste parcial de tarifas (en especial en el sector energético), etcétera.
Pero nuestro optimismo tiene fecha de vencimiento. Luego de tanto tiempo sin hacer nada y mantener el piloto automático (nunca más acertada la imagen con el ejemplo del auto en rumbo de colisión), el momento de al menos desacelerar la marcha es hoy. No hay más margen para dilatar decisiones. La pared asoma en el horizonte y para al menos estirar los tiempos hay que implementar medidas concretas y acertadas de manera urgente.
Somos optimistas respecto de lo que harán las autoridades en las próximas semanas. Pero habrá que estar atentos a lo que finalmente decidan, y a si en realidad deciden hacer algo. No hay que olvidarse que a lo largo de todos estos años de administración kirchnerista muchas voces en el mercado esperaron en vano un cambio en el rumbo del Gobierno, en especial luego de algunas elecciones (legislativas o presidenciales). Esas esperanzas se encontraron con una realidad bien distinta, en la que las autoridades confirmaron el camino elegido o, como fue en 2012, cambiaron pero tomando un atajo a la pared.
Los tiempos para actuar no son más largos que los próximos seis meses (en algunos casos, son incluso muchísimo más cortos). La diferencia con el pasado reciente es que ya no hay mucho más margen para no actuar. Todos los stocks que había disponibles ya se consumieron o se usaron. En abeceb.com seguimos creyendo en nuestro escenario base que está alineado al clima de moderado optimismo que se respira Pero nos mantenemos en alerta. No vaya a ser que la comodidad del optimismo nos tape la pared que tenemos enfrente.