El tigrense Sergio Massa protagonizó una pequeña revolución electoral en la provincia de Buenos Aires. De acuerdo al escrutinio provisorio, con 96,41% de mesas escrutadas, el Frente Renovador obtuvo el 35,1%, contra el 29,7% de los votos de la lista del Frente para la Victoria encabezada por Martín Insaurralde. Pero en la Primera Sección electoral, la lista del FR hace la diferencia: allí logra el 44,9% de los votos, contra el 25,3% del FpV. Casi 20 puntos de diferencia, contra 5 del agregado provincial.
La Primera Sección, devenida en bastión massista, representa el 34,7% del electorado provincial y comprende las zonas norte y oeste del Conurbano, hasta Campana y Suipacha respectivamente. No se trata solamente de los residenciales más ricos de San Isidro y Vicente López, como muchas veces se la refiere con desdén: es una amplia región con múltiples realidades, que incluye barrios obreros, countries de clase alta, zonas rurales ganaderas y polos industriales urbanizados, y cuya población es igual de numerosa que la de la Tercera Sección, cuyo epicentro es la zona sur del Conurbano y que está habitada mayoritariamente por trabajadores que votan al peronismo.
En algunos partidos de la Primera Sección, el Frente Renovador hizo excelentes elecciones. Siempre de acuerdo con el escrutinio provisorio, en Escobar obtuvo 49,9%, en Pilar 48,1%, en San Martín 46,2%, en San Isidro 52,9%. Y verdaderos batacazos en aquellos municipios donde, además, había un intendente que trabajó a fondo en la campaña: en Malvinas Argentinas llegó al 57,9%, en San Fernando al 58,0% y en Tigre, naturalmente, al 63,9%.
La pequeña revolución electoral de Massa fue haber construido, en esta Primera Sección, un nuevo electorado subprovincial de clase media, capaz de ser la base de un triunfo electoral. Rompiendo así con la teoría de que la única forma de vencer en el principal distrito del país es respaldándose en los trabajadores y los pobres de la Tercera Sección, apelando al populismo y/o una maquinaria clientelar.
Massa trabajó para construir su núcleo duro en la Primera Sección. Armó, en los últimos años, una red de aliados políticos, muchos de ellos intendentes, y junto a ellos creó un lenguaje común y representativo de esta suerte de nueva subprovincia. Y no le costó tanto porque él mismo es un producto típico de esta clase media bonaerense, lo que facilitó la identificación personal con el votante.
Si este análisis está en lo cierto, entonces el Frente Renovador de Massa, en tanto expresión provincial, tendría un interesante potencial. Porque contaría con una base electoral, una agenda programática, y una identidad para defender. Todo ello, no obstante, requeriría un trabajo político en la provincia que quedaría.trunco si su líder fundador decide hacer un per saltum y competir directamente por la Presidencia.