En reiteradas ocasiones escuchamos sobre las bonanzas del modelo y la necesidad de continuar con él, sin detenerse a pensar en algunas de sus características. La realidad es que el modelo actual, lejos de sustentarse en el desarrollo productivo e industrial, se sostiene a costa de los trabajadores.
Si observamos la evolución de la recaudación en estos seis meses del último año del gobierno de Cristina Fernández, nos encontramos con datos que no nos sorprenden a quienes sostenemos desde hace tiempo que hay dos graves problemas que son fiel reflejo de la economía: la profundización de la crisis energética y el aumento de la presión impositiva. Continuar leyendo