Las crónicas de la convención partidaria del sábado pasado me dieron una enorme pena. Cuando más nos hacen falta noticias sobre planteamientos claros, realizaciones, proyectos, movilizaciones, estos debates internos -que llevan al enfrentamiento personal- solo devalúan. A sus protagonistas desde ya, pero al Partido Colorado en su conjunto, que es bastante más importante que cada uno de nosotros.
Ya lo he dicho antes y lo vuelvo a decir. La situación que se dio en la última elección municipal no tiene precedentes. No fue el caso solitario de San José, en anteriores episodios electorales, ni el que se dio en aquellos tiempos difíciles de salida de la dictadura. En esta ocasión, fueron muchas las “desobediencias”, las actitudes fuera del cuadro de las respectivas agrupaciones, las renuncias a candidaturas y una y mil situaciones fuera de lo normal. Su consecuencia fue un gran desconcierto. No estamos avalando nada de lo que ocurrió más allá de las autoridades partidarias, porque nunca las hemos desacatado.
Lo que estamos preguntándonos es si la necesaria construcción de futuro pasa por sanciones y juicios de responsabilidad o por una generosa mirada hacia adelante, por reclamarles más actividades y compromiso a quienes pudieron haber incumplido mandatos partidarios. Continuar leyendo