El asesinato del señor David Fremd en la ciudad de Paysandú es una tragedia personal sorprendentemente dura. Que un hombre de trabajo, reconocido empresario sea apuñalado de este modo tan cruel conmueve, duele mucho, ante la pesadumbre de comprobar que nuestra sociedad uruguaya pueda albergar personas con tanto odio íntimo que sean capaces de matar a quien ni siquiera conocen.
A la hora que escribimos estas líneas, se sabe que el asesino era un hombre bastante perturbado, docente, aunque muy descalificado en lo moral, con pésimos antecedentes. El perfil, justamente, de quienes suelen sumarse a las causas liberticidas del fanatismo. Estos movimientos, políticos o religiosos, suelen recoger a todos esos individuos resentidos, enojados con el mundo, que fácilmente subliman esos rencores en algún chivo expiatorio. Desgraciadamente, el pueblo judío ha sido blanco predilecto de esos ataques y hoy tiene que soportar en el mundo occidental el ataque sistemático de grupos islámicos que sueñan con destruir los valores de la civilización occidental. El apuñalamiento es la modalidad de ataque que están empleando en Israel contra ciudadanos a los que sorprenden maliciosamente. Es lo que ha pasado en la ciudad de Paysandú y esto aproxima el episodio a este cuadro más amplio del conflicto civilizatorio que padece el mundo. Continuar leyendo