¿Importa o no importa que la Concertación vote bien y hasta pueda llegar a ganar la Intendencia de Montevideo? Sabemos que la Concertación arrancó mal, que la pérdida de sus candidatos iniciales le significo un mal comienzo, pero es evidente que de a poco viene cobrando fuerza. Las dos encuestas que han salido le dan bien, pero ya sabemos de qué poco valen como pronóstico. En cualquier caso, es fundamental que la Concertación vote lo mejor posible y que se estampe que por lo menos la mitad de los montevideanos no estamos de acuerdo con que continúen los horrorosos 25 años del Frente Amplio en la Intendencia.
¿No tiene algún sentido votar al Ing. Martínez para impedir que, dentro del Frente Amplio, no triunfe la Sra. Topolansky, que luce como la peor opción? En realidad, lo peor es esa actitud, porque un voto a Martínez puede conducir, vía doble voto simultáneo, al triunfo de la señora Topolansky, que —aunque alguna encuesta diga lo contrario— tiene detrás suyo la organización que fue mayoritaria en la última elección nacional. Además, nada cambia que gane el Ing. Martínez, porque dependerá de una Junta Departamental donde el mujiquismo tendrá una fuerte representación. Dicho más claro: será un prisionero en la Junta y un prisionero del señor Mujica, que estará, micrófono en mano, reclamándole todos los días algo al “compañero Intendente” desde el barrio en que se encuentre esa mañana o esa tarde. Si gana su señora, no estará tan suelto y tendrá que explicar por qué esto sí y por qué esto no. Martínez, eventualmente en la Intendencia, estará preso del mujiquimo y de la ADEOM, dedicado a aumentar impuestos para atender a sus reales mandantes. Y el mujiquismo suelto para hacer lo que más sabe: estar a la vez en el gobierno y en la oposición.
Dentro de la Concertación, ¿es fundamental la competencia interna o es más importante el voto general? Está claro que para quienes queremos terminar con el Frente Amplio y su Intendencia cara y mala, lo que importa son los votos de la Concertación. Hay que entender que Rachetti, Garcé y Novick suman. Todos su votos se acumulan, de modo que al efecto político es idéntico en cualquier opción. Así como Martínez, Topolansky y Cardozo —como lo señalamos más arriba— acumulan por la vía del doble voto simultáneo, también Rachetti, Garcé y Novick lo hacen bajo el lema común del Partido de la Concertación.
¿Por qué Rachetti, entonces? Porque a los colorados nos importa que el Partido Colorado esté presente. Y a quienes no lo son pero se ubican en el espacio democrático de los partidos tradicionales, también les importa, porque la reanimación del coloradismo es esencial para el futuro del país. También bueno es decir que se trata de un excelente candidato, un abogado capaz, un hombre nuevo que se incorpora a la vida política en un momento difícil del partido, que no viene a especular con cargos y posiciones. Su campaña es modesta, porque no hay dinero ni medios, pero sí mucho esfuerzo, mucho trabajo y un excelente programa, elaborado por gente que sabe de lo que está hablando, con real experiencia en el tema municipal.
Es claro que el Partido Colorado, después de mayo, iniciará una etapa fundamental, orientada a superar el tropezón de la última elección, que interrumpió el ascenso que se venía dando después del desastre posterior a la crisis de 2002. Hoy esta crisis está lejos, el país entero sabe que si se pudo aprovechar la bonanza de estos años fue por el manejo notable que se hizo de aquella catástrofe que nos regaló Argentina y —lo más importante— el Partido Colorado posee una reserva de gente importante para la vida del país, que tiene mucho para aportar. No son solo los viejos técnicos, sino mucha gente nueva también y una historia que compromete e impone. Cuando hoy se reconoce el valor de nuestra reforma educativa; cuando los cambios fundamentales en la producción, como la forestación, están asociados a nuestros gobiernos; cuando se contempla en perspectiva lo que fueron nuestros planes de vivienda, testigo silencioso frente al fracaso frentista, se reconoce que el Partido Colorado, que el Batllismo, mantiene su vigencia. Y de eso se trata hacia el futuro.
Valgan estas líneas, como un llamado a la reflexión y a que quienes compartan nuestros razonamientos, puedan ayudar a extenderlos.