Pomposamente, el Gobierno anuncia un cambio en el ADN de la educación. Ya esa promesa la había formulado el Dr. Tabaré Vázquez en la campaña presidencial y todos esperamos entonces que el nuevo Gobierno modificara equipos y propuestas, trabajando desde el primer día. Como es notorio, dejó a la misma gente, con el Prof. Wilson Netto al frente, que es una garantía de que nada cambiará en la buena dirección. El Gobierno, al tomar la decisión de mantener a los mismos jerarcas —obligado a hacerlo por los equilibrios políticos internos— resolvió lo contrario de lo proclamado, porque no puede hacer nacer de nuevo a quienes han opinado toda la vida de otro modo.
Sin ir más lejos, este Codicen no ha tomado, a lo largo de todo este año, la menor medida para estructurar un marco curricular para las edades de 4 a 14 años, como lo dice la ley de educación vigente y lo prometió el Presidente reiteradamente.
No se ha siquiera insinuado nada. El mismo silencio que el Codicen ha guardado en todos estos meses frente al desborde gremial que ha sufrido el país. Es más: El Codicen ha aclarado que no pidió el desalojo de su propia sede, operado días pasados, con el consiguiente revuelo de los grupos radicales que el Frente Amplio alimentó en su tiempo y que ahora cosecha lo que antes sembró. Lo único que ha dicho el Prof. Netto es que desde julio hasta hoy, como consecuencia de los paros, se han perdido miles de estudiantes, que están tratando de recuperar, pero que en su mayoría difícilmente retornen a las aulas
Es notorio que el Codicen no actúa en consonancia con el Gobierno. No lo hizo ostensiblemente recién, cuando la ocupación, y no lo hace tampoco, solapadamente, en la elaboración de las propuestas de cambio de las que se habla. Basta escuchar al subsecretario Fernando Filgueira y al Prof. Netto para advertir que sus sintonías de onda son distintas. Continuar leyendo