“El más cálido reconocimiento a Cuba y a su presidente, Fidel Castro”
General Reynaldo Bignone
1983, Cumbre de los No Alineados, Nueva Delhi
El insólito apoyo de Fidel Castro a la dictadura Argentina, durante años no sólo que fue efectivo, sino que todos sus seguidores lo han mantenido bajo el tapete. La clave de esta amistad fue “trigo, favores e izquierdos humanos”. Era un triangulo amoroso formado por el régimen comunista de la URSS, la dictadura de derecha en Argentina, y la dictadura de izquierda impuesta en Cuba. Corrían los fines de los 70 y la URSS se enfrascó en una guerra. El imperio “bueno” invadía Afganistán, por lo que en respuesta a ello se le impuso un embargo comercial, principalmente de alimentos. Por aquel entonces, la producción de trigo en Argentina representaba un alto porcentaje del mercado mundial.
Al mismo tiempo, el régimen de facto militar temía la condena y aislamiento sufrido por la dictadura de Pinochet. A inicio de los años 80, ya tenían conocimientos de que la administración de Carter, por entonces presidente de Estados Unidos, estaba impulsando una condena por violaciones a los derechos humanos en la ONU. Era conocida por todos la enemistad pública entre los comunistas de la URSS y los militares argentinos, pero no imaginaban ellos que tendrían un amigo en común, Fidel Castro.