En el marco de un encuentro privado sobre el flagelo del narcotráfico, un investigador colombiano reflexiona:
“El trabajo contra el Narcomenudeo comienza a tomar importancia cuando fracasa la lucha contra el narcotráfico”. “La lucha contra el Menudeo tendrá el mayor éxito si hay detrás un tratamiento en las adiciones y una prevención sobre sus usos”.
El investigador colombiano explica que al dejar de lado la lucha contra el micro mercado de drogas se profundizan las adicciones abriéndose así nuevos vacíos en lo que a la presencia del Estado respecta. De acuerdo a las voces escuchadas y con las cuales coincido, el Menudeo existe no sólo porque hay narcotráfico tal como sostengo. Existe también porque encuentra en la droga como enfermedad su mejor aparato reproductivo. Esto significa que las adiciones son funcionales a los narcotraficantes que se valen de las mismas para poder anclar y acaparar territorio en aquellos espacios olvidados. Donde las promesas de seguridad y sanidad solo son eso, promesas.
Hay una matriz de coincidencia que explica que los grandes líderes del flagelo en el mundo no subestiman al Menudeo porque es, éste último, la pieza fundamental del circuito que los llevará a instalarse en los sectores más necesitados y así crear un sentimiento de pertenencia. Como supo hacerlo Pablo Escobar. O el Chapo Guzmán más recientemente. Con la estrategia de “darles” a los despojados por el sistema la asistencia material que los Gobiernos les quitaron logran y lograron penetrar. Con un discurso conciliador y de comprensión se vuelven líderes “carismáticos” que llegaron a los olvidados para otorgarles una identidad. Un lugar. Una estructura que no importa de dónde proviene y hacia dónde va. Solo importa su existencia.
No hay conciencia de costos. Tampoco una articulación de moral. Solo lo que se ve. La llegada del Narcomenudeo de génesis oscura despliega un abanico de actividades y compras de materiales para cubrir las necesidades básicas insatisfechas. Sin pedir nada a cambio. Porque no hay pedidos explícitos dentro de esta dinámica. El dar es la forma de ganar el territorio. De apropiarse sin violencia en el corto plazo. Después, la violencia llegará y será culpa de los otros. Seguramente de ese Estado incumplidor y/o ausente que ahora quiere venir a llevarse al líder. Al que les dio todo eso que desde arriba o se les quitó o directamente, ni se lo contempló.
Con el Narcotráfico la movilidad social es una ficción. “No hay crecimiento social real, solo hay muerte” señala un mexicano.
Así es como el mercado funciona y penetra. Se desdobla entre administradores y transportistas. Confirman, otros investigadores, que el 90% de la droga que se produce en Sudamérica pasa por Centroamérica antes de llegar a Estados Unidos. Y ubican, a nuestro país, en ese 90% de producción. Esto significa que ya somos considerados como un país productor de estupefacientes. En especial, de drogas de diseño. Un mercado que se presenta, en el debate colectivo, como lo que podría llegar a terminar en Argentina con las expectativas de futuro reales si desde ahora no se abordan todos los ángulos negados.
Es entonces, El Menudeo, el principal aliado de los adictos. Es donde más anidará porque estos les darán las coordenadas en un primer momento a cambio de droga hasta luego quedar como rehenes. Convirtiéndose en recursos humanos de una parte del mercado que reiteró, no debe subestimarse. Rehenes por ser brazos armados o brazos pasivos de consumo.
En el encuentro privado en París se destaca que a pesar de tener operaciones en Argentina carteles de la droga internacionales, la falta de un cartel nacional debería ser una iniciativa para comenzar a torcer las proyecciones que ven en Argentina las mafias organizadas.
Argentina está situada entre Chile y Uruguay que aparecen frente al mundo como proteccionistas. Al menos, ambos países, mantienen su estado embrionario en materia de narcotráfico. Por su parte, Perú y Bolivia como productores, así como Paraguay, nos encuentran apetecibles y de hecho ya nos utilizan porque nos dejamos utilizar tras décadas de nada y una década de entrega.
La apertura del mercado sintético/diseño en el año 2008 marca un punto de inflexión por las drogas típicas y consolida la línea mexicana que nuestro país sigue en materia de narco criminalidad, claro está, que con su color local.