Deborah Nutter, la decana de la Fletcher School of Law and Diplomacy, la escuela más antigua de relaciones internacionales de los Estados Unidos, concibió esta frase para sintetizar los desafíos enormes que está enfrentando la humanidad. Se refiere tanto a los muy importantes acuerdos medioambientales que se lograron en la capital francesa como a la muy trágica espiral de violencia que se ha desatado en varias partes del mundo tras los atentados sangrientos del fundamentalismo islámico, simbolizados en la masacre de Bataclan. Fue precisamente bajo esa consigna que sesenta profesores, egresados, directivos y alumnos de esa institución académica basada en Boston fuimos convocados a Roma para reunirnos por 15 días para discutir e intercambiar experiencias. Más de 25 países y 10 religiones representadas en este encuentro que contó además como disertantes a una gran cantidad de especialistas, académicos, políticos, diplomáticos, líderes religiosos y otras personalidades tanto de Italia, de Estados Unidos como de la Unión Europea, incluyendo al propio papa Francisco.
En los salones de la Villa Malta, un antiguo palazzo cardenalicio construido al lado del Muro Aureliano por la familia Orsini en el siglo XVI, que posteriormente fuera propiedad de otros ilustres nobles romanos y base durante algunos años de la reina María Casimira de Polonia y del rey Luis I de Baviera durante sus visitas a Roma, las discusiones y las charlas concluyeron en un panorama fluctuante entre un moderado optimismo y un muy profundo pesimismo. Continuar leyendo